Una de las habilidades más importantes al momento de enseñar a programar es la flexibilidad. No podemos tener control de todos y tenemos muchas variables durante una clase: la tecnología falla, los estudiantes tienen diferentes tipos de habilidades.

Parte del éxito de una clase va a depender de tu habilidad de leer al grupo. Tu objetivo es enseñar al nivel de la mayoría de los estudiantes y tratar de mantener a todos enganchados. Esto puede significar dar retos a las alumnas más avanzadas o modificar las actividades para las niñas que se van retrasando.

Casa lección debe tener un hoja de soluciones con los pasos requeridos para crear el proyecto base. También debe incluir retos para las niñas que avanzan más rápido. De esta forma se puede dar soporte a este grupo de niñas.

Para no dejar que otras alumnas se atrasen, trata de no asumir nada. Pregunta constantemente al grupo cosas como: "¿Qué es un browser?", "¿Qué es un algoritmo?". También recuérdales los shortcuts del teclado y repite la información tantas veces como sea necesario.

Asesora al grupo basándote en sus expresiones faciales o pidiendo feedback con el pulgar arriba o abajo de acuerdo a cómo les va en la actividad a realizar. Trata de realizar las preguntas adecuadas. En lugar de preguntar "¿Todas entendieron? ¿ Podemos continuar con la clase?" preguntemos "Si necesitan un minuto más, levanten la mano" o "Si no te sale como está en la pantalla, levanta la mano". Mientras más específico seas, mejor.

Idealmente, cada clase terminará con un proyecto completo y personalizado. Además, podrán presentarlo al grupo. Sin embargo, si esto no es posible, por cualquier razón, ¡no hay problema! Lo que queremos es que las niñas tengan una experiencia positiva y que se diviertan en el proceso.